Plantas tintóreas peruanas.

Resumen del Video

Los tintes vegetales son aquellos que, como su nombre indica, se obtienen de ciertos organismos vegetales con el fin de teñir algún material o superficie. Esta actividad se lleva a cabo desde hace miles de años, tiempo durante el cual se han ido perfeccionando las técnicas de tinción y descubriendo recursos de origen vegetal de los cuales se puede obtener pigmentos. Es por lo expuesto que el presente trabajo plantea como objetivo la revalorización de las plantas tintóreas del Perú mediante la documentación del proceso de obtención del tinte y la identificación taxonómica de las especies usadas para este fin. Para lograrlo, se trabajó con algunas comunidades y pueblos de la Selva y Sierra del Perú donde aún quedan rastros de esta actividad ancestral.

Los departamentos en los cuales se realizó esta investigación fueron Ancash (distrito de San Miguel de Aco), Loreto (distritos de Iquitos, Villa Jenaro Herrera y Nauta) y Cusco (distrito de Challabamba). En cada zona de estudio se trabajó con asociaciones o familias dedicadas al arte de teñir o con conocimientos sobre ello. Las actividades comenzaron con la identificación en campo de las especies utilizadas; toma de datos etnobotánicos, taxonómicos y de geolocalización; y la colecta de muestras en cantidades suficientes para la elaboración de vouchers y repetición de los procesos tintóreos en laboratorio. Dichas actividades fueron documentadas por medio de grabaciones y fotografías con previa autorización de las personas involucradas. En última instancia, la clasificación del color se realizó mediante el sistema de color de Munsell. Los resultados obtenidos señalan un total de 39 especies distribuidas en 25 familias botánicas y 35 géneros, siendo los árboles y arbustos las formas biológicas predominantes. La familia representativa en el análisis general, fue la Asteraceae; mientras que en un análisis por departamentos, tenemos que en Ancash predomina la familia Asteraceae; en Cusco, Calceolariaceae; y en Loreto, Zingiberaceae. De las especies presentadas, el 94.9% son de origen nativo, la mayoría extraídas de su estado silvestre; y un 5.1%, introducidas. Adicionalmente, dos especies están categorizadas como Casi amenazadas (NT); y tres, En peligro crítico (CR), de acuerdo a la relación de especies de flora silvestre amenazada (Decreto Supremo 043-2006-AG).

La gama de colores fue amplia y fueron obtenidos principalmente de las hojas; sin embargo, se le presta especial atención a los colores primarios (según el modelo RGB), puesto que no se pueden obtener mediante mezcla de otros colores. El verde fue uno de los más abundantes, representado por un 22.7% de las especies en total, seguido por el color rojo, representado por un 15.9%. Para la obtención de pigmentos de coloración roja, se documentó el uso de la especie conocida como ‘Chapi chapi’ (Galium hypocarpium (L.) Endl. ex Griseb.), mencionada en diferentes fuentes bibliográficas; sin embargo, es la planta denominada como ‘Chapi’ (Calceolaria leptantha Pennell), la de mayor preferencia por proporcionar una mayor cantidad de materia para la obtención de tinte rojo. También es utilizada la planta ‘Zarzaparrilla’ (Smilax domingensis Willd.) como otra alternativa importante para la obtención del color. Cabe resaltar que se reportaron dos especies sin procedimiento confirmado (Guatteria flabellata Erkens & Maas. y Warszewiczia coccinea (M. Vahl.) Klotzsch.). Por otro lado, el color azul es uno de los que representó un menor número de opciones para su obtención (Genipa americana L. e Indigofera suffructicosa Mill.). Se hace referencia a otra especie denominada ‘Mote mote’ la cual fue determinada como Myrsine dependens (Ruiz & Pav.) Spreng.; sin embargo, a partir de sus frutos se obtuvo un tinte de coloración morada. Como aporte de esta investigación, se registra una nueva especie para la obtención de tintes amarillos, Calceolaria flexuosa subsp. Chrysocalyx (familia Calceolariaceae). En cuanto al proceso, se siguen cuatro pasos estándar tanto en Sierra como en Selva, los cuales consisten en: preparación de las fibras, mordentado, tinción, y enjuague y secado; sufriendo algunas variaciones dependiendo del órgano vegetal utilizado y la fibra a teñir. Resulta interesante el hecho de la ausencia de mordientes minerales en los procesos, ya que únicamente se aplicaron cítricos para generar un medio ácido, lo cual nos permitió obtener resultados más reales, es decir, sin algún mordiente que genere una variación importante de color. Con respecto a las fibras, éstas varían según la región; para los lugares pertenecientes a la Sierra del país se utilizó lana de oveja como fibra, mientras que en la Selva, debido a la ausencia de ganado ovino, la fibra principal es la ‘Chambira’, obtenida de una palmera del mismo nombre (Astrocaryum chambira Burret).